La generalización de su uso ha permitido que implantar redes LAN de alta velocidad tenga un coste razonable para la mayoría de las empresas.
No obstante, un estudio previo de las necesidades empresariales, incluyendo una previsión de crecimiento a medio plazo, un diseño racional y el empleo de componentes de calidad deben ser los parámetros fundamentales sobre los que preparar el despliegue de una red de área local. Sólo así puede asegurarse un correcto funcionamiento y un aprovechamiento óptimo de sus ventajas.